Tuesday, September 26, 2006

Exposiciones de OCTUBRE

Exposiciones de OCTUBRE 2006 en Colonia.
Ausstellung Oktober 2006
im der Zentralbibliothek und in der Bezirksregierung Köln



im der Zentralbibliothek Köln

und in der Bezirksregierung Köln.


im der Zentralbibliothek Köln.

Thursday, September 21, 2006

"La Flor de Loto"









Son como la flor del loto lista para abrirse cuando aparecen los primeros rayos del sol...

Monday, September 18, 2006

Mi jardin Zen

" Mi jardin Zen"






" mon rêve : avoir un jardin zen "

Sunday, September 17, 2006

Zen Garden

" Zen Garden"

Para construir un jardín zen, deberás comprar grava blanca (para cubrir unos 100 metros lineales de terreno) y siete grandes rocas pulidas por la acción del tiempo. En uno de los extremos de mejor visibilidad, construye una sala de meditación desde la que puedas contemplar tu creación. Has de trabajar más de cinco años en construirlo, y te anticipo que gastarás los ahorros de toda tu vida. Una vez terminado, hay que dejarlo reposar al menos 300 años, con lo que ya habrás conseguido el 1% de tu propósito inicial.


"Zen Garden" 2004, 152x250 cm.

" ........ et tout est dépeuplé”

Saturday, September 16, 2006

Buddha´s Blumen

Buddha´s Blumen
"Las Flores de Buda"






"Pour aimer véritablement, vous devez être capable de faire entrer dans votre amour pour un être l’amour pour l’univers entier, pour toutes les créatures, pour toute la création, des pierres jusqu’aux étoiles, c’est ainsi que vous déversez des trésors dans son âme."

Omraam Mikhael Aivanhov



Las siete últimas palabras

"Las siete últimas palabras"






Friday, September 15, 2006

Sunday, September 10, 2006

Impermanencia

Impermanencia





Porque todos los seres tienen la naturaleza de Buda, el Budismo no excluye a ninguno. ...


Impermanencia: El mundo fluye sin cesar y es impermanente. ...

Nubes de Otoño

Sogyal Rimpoché

"En su monasterio en Nepal, el más anciano de los discípulos de mi maestro que aún seguían con vida, el gran Dilgo Khyentse Rimpoché, llegó al fin de una enseñanza. Era uno de los maestros más destacados de nuestra época, profesor del propio Dalai Lama y de muchos otros maestros que lo consideraban un tesoro inagotable de sabiduría y compasión. Dilgo Khyentse Rimpoché hizo una pausa y contempló la lejanía:Tengo ya setenta y ocho años y a lo largo de mi vida he visto muchas cosas. Muchos jóvenes han muerto, muchas personas de mi edad han muerto, muchas personas mayores han muerto. Muchos países han cambiado. Ha habido muchos desórdenes y tragedias, muchas guerras y plagas, mucha y terrible destrucción en todo el mundo. Y, no obstante, todos estos cambios no son más reales que un sueño. Si se mira a fondo, se advierte que no hay nada permanente ni constante, nada, ni siquiera el menor pelo del cuerpo.
Sólo existe una respuesta: Así es la vida. Nada, nada en absoluto, posee el menor carácter duradero. Buda dijo:
Esta existencia nuestra es tan pasajera como las nubes de otoño.Observar el nacimiento y muerte de los seresEs como contemplar los movimientos de un baile.La vida entera es como un relámpago en el cielo;Se precipita a su fin como un torrente por una empinada montaña.







Una de las principales razones por la que tanto nos cuesta y tanta angustia nos produce afrontar la muerte es que ignoramos la verdad de la impermanencia. Tan desesperadamente deseamos que todo siga como está que suponemos que las cosas podrían continuar igual. Esta ficción es el endeble cimiento sobre el cual construimos nuestra vida.
En nuestra mente los cambios siempre equivalen a pérdida y sufrimiento. Damos por supuesto, tercamente y sin ponerlo a tela de juicio, que la permanencia proporciona seguridad y la impermanencia no. Pero, en realidad, la impermanencia es difícil e inquietante al principio, pero cuando se la conoce mejor, mucho más amigable y menos perturbadora de lo que hubiéramos podido imaginar.
Reflexione sobre esto: la percepción de la impermanencia es, paradójicamente, la única cosa a que podemos aferrarnos, nuestra única posesión duradera. Incluso Buda murió. Cuando se acercaba su muerte, Buda dijo:
De todas las huellas de pisadas, la del elefante es la suprema;de todas las meditaciones sobre la presencia mental, la de la muerte es la suprema.




¿Qué es nuestra vida sino una danza de formas efímeras? ¿No está todo cambiando constantemente, las hojas de los árboles del parque, la luz de su habitación mientras lee esto, las estaciones, el clima, la hora del día, la gente con la que se cruza por la calle? ¿Y nosotros qué? ¿Acaso no nos parece un sueño todo lo que hemos hecho en el pasado? Los amigos con los que crecimos, los lugares favoritos de nuestra infancia, las creencias y opiniones que en otro tiempo tan apasionadamente defendíamos: lo hemos dejado todo atrás. Ahora, en este instante, leer esto le parece algo vívidamente real. Pero incluso esta página no tardará en ser sólo un recuerdo.
Somos impermanentes, las influencias son impermanentes, y en ninguna parte hay algo sólido ni duradero que podamos señalar. ¿Qué puede haber más imprevisible que nuestros pensamientos y emociones? Nuestra mente es tan impermanente y efímera como un sueño. Observe un pensamiento: viene, permanece un tiempo y se va. El pasado ya ha pasado, el futuro aún no ha surgido e incluso el pensamiento presente, mientras lo experimentamos, se convierte en pasado.
Lo único que tenemos en realidad es el ahora.
Hágase estas dos preguntas:
¿Recuerdo en todo momento que estoy muriendo, y que todas las demás personas y cosas también mueren, de modo que trato a todos los seres en todo momento con compasión? Mi comprensión de la muerte y de la impermanencia, ¿es tan aguda y urgente que dedico hasta el último segundo a la búsqueda de la superación espiritual? Si puede responder "sí" a estas dos preguntas, entonces ha comprendido de verdad la impermanencia.

Tomemos por ejemplo, la experiencia de casi muerte. Quizá una de sus más importantes revelaciones es cómo transforma la vida de quienes han pasado por ella. Se observan una variedad de cambios y efectos posteriores:
Una disminución del miedo y una aceptación más profunda de la muerte.
Una mayor preocupación por ayudar a los demás.
Una visión más cabal de la importancia del amor.
Menos interés por los logros materiales.
Una creciente fe en una dimensión espiritual y en el sentido espiritual de la vida.
Una mayor disposición a creer en la vida después de la muerte.
La contemplación dela muerte nos proporcionará un sentido cada vez más profundo de lo que llamamos "renuncia", ngé jung en tibetano. Ngé quiere decir "realmente", y jung significa "salir", "emerger" o "nacer". El fruto de una reflexión frecuente y profunda sobre la muerte será una sensación de "emerger", muchas veces con cierta repugnancia, de los comportamientos habituales. Nos sentiremos cada vez más dispuestos a abandonarlos y, al final, podremos librarnos de ellos con tanta facilidad, dicen los maestros, "como si se extrajera un pelo de un trozo de mantequilla".
La codicia, el aferramiento, es la fuente de todos nuestros problemas. Puesto que, para nosotros, la impermanencia equivale a angustia, nos aferramos desesperadamente a las cosas, aun cuando todas las cosas cambian. Nos aterroriza desprendernos de ellas; de hecho, nos aterroriza vivir, ya que aprender a vivir es aprender a desprenderse. Y esa es la tragedia y la ironía de nuestra lucha por retener: no sólo es imposible, sino que nos provoca el mismo dolor que intentamos evitar.
Si nos acostumbramos a contemplar la impermanencia, nacerá en nosotros una nueva comprensión, algo en nosotros será distinto. Toda la situación será más relajada, menos intensa y dolorosa; incluso los efectos de los cambios que experimentemos nos resultarán menos impresionantes o desagradables. Con cada cambio sucesivo comprendemos un poco más, y nuestra visión de la vida se vuelve más profunda y más amplia".



eneida de Lücke Atelier 06

Impermanence



"L'origine de toute joie en ce monde Est la quête du bonheur d'autrui ; L'origine de toute souffrance en ce monde Est la quête de mon propre bonheur."
Sogyal Rimpoche




"Là où sont tes pensées, tu es. Veille à ce que tes pensées soient bien là où tu veux être."Rabbi Nachman de Breslau


Dans son très bel ouvrage intitulé Le Livre Tibétain de la Vie et de la Mort, Sogyal Rimpoché explique que "la réflexion peut nous amener lentement à la sagesse. Nous pouvons nous apercevoir que nous retombons sans cesse dans des schémas habituels de comportement et aspirer alors de tout notre être à leur échapper".

Il cite une métaphore de Portia Nelson :

Je descends la rue.Il y a un trou profond dans le trottoir : je tombe dedans.Je suis perdu… je suis désespéré,Ce n'est pas ma faute.Il me faut longtemps pour en sortir.

Je descends la même rue.Il y a un trou profond dans le trottoir :Je fais semblant de ne pas le voir : je tombe dedans à nouveau.J'ai du mal à croire que je suis au même endroit,Mais ce n'est pas ma faute.Il me faut encore longtemps pour en sortir

Je descends la même rue.Il y a un trou profond dans le trottoir :Je le vois bien,J'y retombe quand même…c'est devenu une habitude.J'ai les yeux ouvertsJe sais où je suisC'est bien ma faute.Je ressors immédiatement.

Je descends la même rue.Il y a un trou profond dans le trottoir :Je le contourne.Je descends une autre rue…

Alors après quelques chutes, il faut apprendre à ne pas prendre les mauvaises rues. On finit par les repérer d'avance au bout d'un moment, je vous l'assure. Rien ne nous protège de retomber une nouvelle fois.




Quatre Pensées Incommensurables:

Amour,

Compassion,

Joie,

Equanimité.